Así como existe una división de las zonas residenciales en la ciudad, en las que hay estratos altos dueños de una gran comodidad, y hay zonas marginadas para los estratos inferiores que deben vivir en circunstancias desfavorables.
Esta situación se traslada a la zona rural, donde existen también poderíos que poseen grandes extensiones de tierras y los campesinos del común que se sostienen con pequeñas parcelas y sembrados.
Muchos de los grandes terrenos que eran fértiles, están en manos de los gobiernos para ser de descanso de los jefes militares, o casas campestres para vacacionar.
La implantación y desarrollo de una nueva ley que tiene como intención de volver a familias campesinas desplazadas a causa del conflicto armado a sus tierras, sin embargo esta reiteración del sector rural, puede resultar como una repartición desequilibrada con respecto a las tierras que antes poseían los campesinos.
Pero muchos de estos campesinos que reciben sus tierras tienen miedo de volver, pues son amenazados por grupos emergentes, o como casos de dueños anteriores que han recibido sus tierras y días después son sido asesinados misteriosamente y sus familias temen a pedir explicaciones a estos hechos.
No es fácil para esta población desplazada dominar este tema tan complejo, pues muchos por ingenuos desconocen sus derechos y otros por miedo temen reclamar, aunque creamos que estos conflictos han finalizado siguen presentes en la tierra colombiana, ya que muchas de sus tierras tienen dueños “desconocidos”.
By: Camilo Dimaté
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